La tradición de encender velas durante la Navidad tiene raíces que se remontan a antiguas culturas y simbolismos. Más allá de la simple iluminación, el acto de encender velas durante esta temporada lleva consigo significados que han evolucionado a lo largo del tiempo.
La luz de las velas simboliza la esperanza y la positividad. En la época de Navidad, que a menudo coincide con días más oscuros y noches más largas, encender velas representa la luz que llega para disipar la oscuridad, tanto literal como simbólicamente.
Para muchas personas, la Navidad es una época de celebración religiosa. El encendido de velas puede recordar la luz de la estrella de Belén que guio a los Reyes Magos hasta el lugar del nacimiento de Jesús.
Las velas contribuyen a crear un ambiente cálido y acogedor, algo especialmente valioso durante la temporada invernal. Añaden un toque de calidez y confort a los hogares, fomentando el espíritu festivo y la conexión entre las personas, y cuando se colocan como parte de la decoración navideña, dan un toque de elegancia y belleza a los hogares y espacios festivos.
Encender velas puede ser parte de rituales de reflexión y meditación durante la temporada navideña. Las personas pueden encender velas mientras reflexionan sobre el año que ha pasado, expresan gratitud o establecen intenciones para el próximo año.
¿Por qué encendemos velas en Navidad?